¿Quién podría culparlos? Creen que entienden el mundo por qué la TV, Facebook e incluso quienes le rodean hacen eco de una opinión que creen sensata, el mundo conspira con palma ditas en la espalda para que creamos la simplificación que deseemos, y en general, el mundo no necesitá esforzarse mucho. Nos encanta tener razón.
Ahora, lo sé… Bien estás ofendido por qué crees que te he llamado tonto en tu cara o bien te crees muy listo por qué estás seguro de no dar con el perfil que he descrito, por lo cual, obviamente, eres muy superior. En cualquiera de los dos casos, ya que te he abofeteado un segundo, te contaré un secreto. Yo, el tontuelo que agita los dedos vomitando letras, doy con este perfil, porque todos lo damos. Hay razones neurológicas, psicológicas y maldición… Razones como: “trabaje todo el cochino día para comer lo justo y pagar las cuentas. No me da la gana leer un artículo o un condenado libro mientras me caigo del sueño” por las que una persona es susceptible a la desinformación o a la falta de información, por las que préstamos más atención al titular que dice algo escandaloso que a la información científica.
Nadie es tonto por no leer, por no saber sobre mecánica cuántica o por no saberse los diálogos de la Odisea de memoria. Nadie es superior, mejor ser humano o necesariamente más “inteligente” que el resto por lo contrario.
No, la cuestión es que hay razones de peso por las que la lectura, lo que se denomina “lectura profunda” no debe perderse… Por qué sí que hay evidencia de que nos ayuda a ser más críticos, más capaces de saber que el fulano de turno nos está vendiendo el infierno como paraíso o que hay un problema del que pronto estaremos arrepentidos de no revisar.
Hay muchas formas de hacer el mundo un lugar mejor, pero hay una tan tonta, tan simple, tan difícil y personal, tan cursi y trillada que nadie está considerando. Leamos, incentivemos la lectura. No para decirle a un desconocido en face que es ignorante por escribir hombre sin h o alguna estupidez por el estilo, sino porque muchos de los problemas del mundo lo son más por esta razón.
Un artículo, de ser posible de una fuente fiable, un libro, del tema que sea, un capítulo, dos páginas al día… Créanme, no bromeó cuando digo que así los diablos del mundo se harán más pequeños.
Gerard Cuello
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