No se que siento exactamente...
Sólo se que podría quedarme en tu regazo eternamente, que contigo mi lengua se suelta pero que también mis oídos se deleitan.
No es como otros sentimientos que he experimentado, frenéticos o desesperados. Contigo es una nesecidad dulce la que siento, como si fueses algún tipo de miel revitalizante. Sólo se que te quiero...
No lo se siempre pero cuando lo se resulta estúpidamente evidente. Como no quererte? Si ante todo eres una obra de arte. Desde tu composición anatómica moldeada por escultores profesionales hasta tus gestos y movimientos cinematográficos, expresivos.
Tu risa que es torpe como, de hecho, tu lo eres... Tus expresiónes teatrales y hasta antinaturales. Expresiones y voces desde dulces y seductoras hasta sarcásticas y arrogantes...
Tu ser dramático, tu martirio, tu autocastigo masoquista... Tu inseguridad, tus momentos de automanifiesta frialdad. Yo podría amarles...
Te miro fijamente y ese mechón ha cruzado tu rostro nuevamente. Que perfecto es, sencillamente perfecto, tu mechón de pelo que desafía la cotidianeidad mundana a la que uno se acostumbra, rozando los límites del accidente, tu mirada perdida hacia la derecha, casi como si no notarás que mis ojos se hunden en tu cara.
El momento deseo se congele, siento el impulso de tomar mi celular y fotografiarte. Estoy seguro que jamás nadie ha capturado ese momento tuyo ni ninguno semejante y yo debo hacerlo, sinembargo no puedo, debería dejar de mirarte.
Y entonces la escena muta, en cámara lenta. Tus ojos se percatan de los míos y en un movimiento casi indistinguible para el ojo humano veo moverse la comisura de tus labios para dedicarme algo que se muere antes de ser. En ocasiones vive lo suficiente para ser una sonrisa y yo sufro una hemorragia de vanidad ante la sola idea de que tu rostro me sonría.
Tus labios se mueven para hablar y de algún modo diabólico, pues debe ser cosa del diablo, todas las palabras encajan con precisión milimétrica, como si siempre hubiera sido ese su lugar.
Es curioso como puedes hacer que cualquier cosa suene bien... Tienes una lengua bruja.
Y yo sólo se que no es lujuria lo que siento, ni devoción ciega como podrías pensar... Sólo que ya he tenido esos sentimientos y que en cambio, tu eres un prado.
Se, de repente, que podría acurrucarme en tí y dormirme plácidamente como si fuera el sitio más seguro del mundo. Se a su vez que la evidencia no ampara sensaciónes de seguridad y sinembargo...
Aquí estamos. Tus brazos me rodean y yo pienso que ojala siempre me toques así, que ojala siempre me veas así, que nunca te lastime o decepcione por que moriré luego de hacerlo.
Te miro perplejo y tu, con infinita lentitud, me dedicas esa sonrisa tuya y yo no se que siento ni me interesa... Lo único que se es que te quiero.
Gerard Cuello
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