Se supone que haga algo con esto que me
esta pasando pero dudo que se pueda, encuentro difícil creer que la
miseria sea una sustancia condensable. De todas las obras que han
proclamado hablar del dolor se que eran vanas imitaciones, reflejos
borrosos de sentimientos inmateriales, incomunicables.
El amante jamas podrá expresar su amor
y el miserable jamas podrá plasmar su miseria.
“Auxilio!” grite y creí que el
mensaje seria claro, que la respuesta seria predecible y el
sentimiento transparente... Pero no, somos islas, incapaces de
hablarnos.
“Habla de tu miseria, pues todas las
grandes obras hablan de ella...” pero cuanto deberíamos los
artistas odiar a dicha musa, que nos acapara, que nos besa con
mortíferos labios y nos llena de promesas. Promesas de gloria, de
talento, sensuales sueños de propósito para nuestro dolor, tantas y
tantas excitantes mentiras. Es que jamas atraparemos a Miseria, ni a
ella ni a Odio, a Amor o ninguna de sus hermanas que anhelamos
encarcelar en párrafos y al ver infructuosos nuestros esfuerzos
generamos viles copias, tanto mas baratas y que el lector copiara
para si a su vez...
Deberíamos odiar a Platón, deberíamos
detestarlo con fuerza infinita pues el decía “la verdad” y la
verdad es cruda, es implacable, es casi una mentira y sobre todo es
otra musa inalcanzable.
Cualquier cosa que escriba sobre mi
miseria sera una mentira, una mentira que yo diga, una mentira que tu
interpretes o peor sera verdad...
Soy miserable y mi único consuelo es
saberme miserable, dicho conocimiento me promete el don de
escribir... Que profesión de mierda es entonces escribir, que
escritor de mierda soy y que inútil fue escribir. Es que auxilio
significa demasiadas cosas...
Gerard Cuello, Viernes 21 de Abril de
2017
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